jueves, diciembre 15, 2005

Una Lolita que no es de Nabokov


“Es interesante el problema de la tonta degradación que el personaje de la nínfula que yo inventé en 1955 ha sufrido entre el gran público. No sólo la perversidad de la pobre criatura fue grotescamente exagerada sino el aspecto físico, la edad, todo fue modificado por ilustraciones en publicaciones extranjeras. Muchachas de 20 años o más, pavas, gatas callejeras, modelos baratas, o simples delincuentes de largas piernas, son llamadas nínfulas o Lolitas en revistas italianas, francesas, alemanas. Y las cubiertas de las traducciones turcas o árabes. El colmo de la estupidez. Representan a una joven de contornos opulentos, con melena rubia, imaginada por idiotas que jamás leyeron el libro. En realidad, Lolita es una niña mientras que Mr. Humbert es un hombre maduro, el abismo de la edad produce el vacío entre ellos; entre ese vacío, ese vértigo, la seducción, atracción de un peligro mortal.
La imaginación del triste sátiro, convierte en criatura mágica a aquella colegiala tan trivial y normal en su género como el poeta frustrado Humbert lo es en el suyo. Fuera de la mirada maníaca de Mr. Humbert no hay nínfula. Lolita, la nínfula, sólo existe a través de la obsesión que destruye a Humbert. Éste es un aspecto esencial de un libro singular que ha sido falseado por una popularidad artificiosa”
Vladimir Nabokov
Quise poner estas palabras provenientes del Vlogue, para dar cuenta de lo que quiso decir Nabokov con su lolita, especialmente después de lo que se ha conocido respecto a mujeres del mundo de la farándula que han sido víctimas de abusos sexuales por sus familiares, para que no se justifiquen con esa imagen errónea de la nínfula que se ha difundido.

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