miércoles, septiembre 28, 2005

El Mercurio tiene blog en su página editorial


Los medios de comunicación están comenzando a permearse de esta nueva tecnología que permite enlazar las opiniones, de una manera distinta a lo que habían sido los foros, que no daban las infinitas posibilidades de enlaces de los blogs. Habiendo tantas posibilidades de opinión y tanta gente que lo está haciendo en la blogósfera, no hacerlo es no querer captar las señales.
En este marco, me parece una buena iniciativa que el mercurio tenga su blog, en la página editorial, una señal de apertura importante de parte del decano. Claro, hay que ver como se va a portar con la mediación de los comentarios, todos comprendemos que hay personas que trasgreden los respetos mínimos, algo muy distinto a poder expresar las divergencias.
Una tansferencia importante a un público distinto al clásico ABC1 que lo suscribe y que tiene cosas distintas que decir ¿Estará El Mercurio preparado?
Ah! Pueden ver en el blog en:

martes, septiembre 27, 2005

Sobrenombres y tecnología

Jacuna, es mi último sobrenombre, bastante generalizado. Se trata nada más y nada menos que de como aparece la inicial de mi nombre con mi apellido, que los informáticos usaron en mi primer correo electrónico y que he vuelto a usar varias veces, que dan el sonido que popularizó la película "El Rey León". Todo esto para decir que la tecnología y los filmes son tan parte de nuestra vida que hasta llegan a los sobrenombres.

miércoles, septiembre 21, 2005

Nazis en Copiapó


He visto en los medios de comunicación regionales – aunque también vi una nota anoche en 24 horas central de TVN- como con cierta preocupación y hasta sorpresa cubrieron una marcha que realizaron diversos sectores en contra de las acciones que grupos neonazis están realizando en Copiapó. La marcha respondió a lo que los manifestantes han catalogado como ataques continuos de integrantes de estos grupos a jóvenes y travestis que se encuentran en las calles durante la noche, especialmente punks, lanas y algunos marcadamente de izquierda.
La verdad es que esta no es la primera marcha de este tipo, el año 2003 hubo una, convocada por una agrupación anti nazis. Si desempolvaran de los archivos algunas notas de ese año, se encontrarían con varias sorpresas e incluso un tiempo antes, con la publicación de noticias sobre travestis golpeados. Recuerdo que uno de ellos – que terminó en el hospital regional producto de la golpiza- señaló que sus victimarios eran neonazis.
En esa época trabajaba en el Diario Atacama y comencé a inquietarme por el tema. A ciencia cierta, sólo he podido reunir algunos antecedentes vagos. Uno de ellos fue la visita de uno de los líderes del partido neonazi, quien fue a solicitar una entrevista en nuestro medio de comunicación, acompañado del dirigente local. En ese entonces el dirigente nacional usaba el pelo casi rapado, muy corto, mientras me llamó la atención el largo pelo del dirigente local, que lo acercaba más a la estética de un trash que a la de un seguidor de este tipo de secta.
Los nazis querían hablar de su irrupción en la arena política, en esto de darse a conocer, ser identificados y de las ideas que los estaban animando. Como periodista pensaba en si debía darle cobertura a un heredero del pensamiento nazi, con lo peligroso que podían ser, si eso era bueno para la sociedad. Pero mi fe en el periodismo, en la libertad de las personas para informarse y conocer lo que estaba pasando y la importancia del registro, fue mayor que mis dudas respecto a si era preferible no darles el espacio y de esa manera no ayudarlos a visibilizarse. Así que hicimos la entrevista, revisamos temas prácticos, como la constitución del partido en Copiapó, donde según me dijo el dirigente nazi se trataba de la ciudad de donde habían recibido más contactos –realizados a través de internet- y que pensaban que sería la segunda ciudad de Chile con mayor número de adeptos. Eso me preocupó.
Revisamos también otros temas, como el holocausto, lo que hoy piensan de Hitler, de la arena política, de la violencia, los pobres y los pueblos originarios. La verdad es que todo fue políticamente correcto, y había que escarbar con mucho cuidado para encontrar las contradicciones, así como si consideraban que Hitler fue un asesino por qué lo admiraban y rescataban su pensamiento.
Más allá de ese episodio, me preocupó como el líder local terminó cambiando su pelo largo por la cabeza rapada, como se multiplicaron algunas banderas bordadas en chaquetas, y la aparición de nuevos grupos con bototos, cabezas rapadas, que circulan de día por lugares como la galería ubicada frente al Liceo Comercial. Una noche de sábado pasé por el Paseo de la Cultura, donde había una tocata de rastas –considerados como escorias también por los nazis- , se escuchaba el reggae y varios de ellos con sus pelos con drewlove, gorras de lanas con colores estaban adentro, mientras afuera los esperaban un grupo de neonazis con cadenas. Esa noche, hasta donde sé, no pasó nada.
Hay una serie de jóvenes que se juntan en las noches, y tienen sus círculos: góticos –suelo envidiar esa estética de las mujeres que les permite usar tules negros, plush y otros que me habría encantado lucir de joven- punks, rastas, entre varios más que desarrollan su música, leen “Las Flores del Mal”, y que saben de la existencia de estos otros que los amenazan. Pero parece que el mundo adulto está tan ajeno a lo que están viviendo en las calles, en sus diversos establecimientos educacionales, en sus mundos, que hoy los sorprende una marcha de esta naturaleza, sobre todo si pensamos que el tema tomó mayor visibilidad después de un reportaje de Informe Especial sobre los neonazis en Chile y el asesinato que cometieron de un adolescente.
Me parece que hay que poner más olfato a lo que sucede por ahí, a quienes simplemente viven sin tener ninguna idea de cómo organizar una conferencia de prensa o un evento para llamar la atención de los medios de comunicación.
Yo, al menos, he quedado sorprendida con el grado de preparación de algunos de estos nazis, al menos de aquellos que se pueden leer en su página web institucional, sobre todo como están reciclando las nuevas ideas. Por ejemplo, confesándome una seguidora del pensamiento de Humberto Maturana leí con horror como utilizaban parte de su teoría para justificar sus doctrinas. Movimientos que es necesario mirar, ya que si no sabemos donde empiezan, menos podremos saber donde terminarán.
Sobre todo en un país donde el resentimiento puede ser un caldo de cultivo propicio para este tipo de ideología, basta sólo con mirar las cifras de distribución de la riqueza, las inequidades del sistema educacional, la difícil tarea de abrirse oportunidades en un país donde los apellidos y las relaciones suelen pesar más que los méritos y donde la política masiva con su profesionalización, su dependencia del mass media, le han quitado parte de esa función de movilidad social que cumplió durante el siglo XX y que es tan necesaria para nuestro país.
El sistema es violento con los jóvenes y a veces es muy duro para ellos darse cuenta del mundo en el que viven. Una violencia que se puede devolver en grupos que los hacen sentirse especiales, elegidos, con una clara misión y que los integran en una sociedad donde no es fácil sentirse parte de algo. Los medios de comunicación, en este sentido, no deben ser meros registradores de sólo los que son capaces de hacerse notar y mirar más allá, buscar en otros lugares que le permitan dar cuenta real de lo que ocurre en los diversos sectores de nuestra sociedad.

jueves, septiembre 15, 2005

El cigarro y yo


Un viejo marxista decía que fumar, o beber o consumir drogas era sólo una muestra del desprecio por la vida, una demostración tangible de que no somos felices. “No es que no sepamos lo que provoca el cigarro, no hay que pensar que somos tontos o ignorantes, no es tan simple”, decía.
No importa cuando, pero escuchaba música, fuerte, muy fuerte, con mi pareja al lado y disfrutaba de un cigarro como nunca. Uno de esos preciosos momentos donde la música era el más íntimo contacto, y el cigarro parte del placer. Un escaso instante en que el cigarro era más bien parte de una forma de amor por la vida.
Hoy es otro día, otro momento y miro el cenicero y siento que son sólo colillas inútiles en el cenicero, restos de lo fumado con ansiedad, cigarros fantasmas de aquél otro que me provocó el máximo placer, repeticiones del mismo acto que sólo frustran el resultado. Una búsqueda de atrapar o repetir esa otro que se quedó en nuestra piel, parte de ese otro momento indisoluble de la banda sonora, de sensaciones de plenitud. Y de la impresión momentánea de inmortalidad en la que no importa nuestra fecha de muerte –hoy, un año, veinte o cincuenta más- porque el presente es intenso, cegador, no permite más vista que ésa.
El placer también es egoísta y efímero y tan sólo repetimos y entonces no nos importa matarnos y arrojarnos el humo en la cara, en los pulmones y en la vida porque sí, claro, no somos felices siempre y a veces lo somos y bien por eso, aunque al final de cuentas qué se yo lo que es la felicidad.

viernes, septiembre 09, 2005

Sobre “Blonde”


Marilyn
Pedazo de mujer rota
Emperatriz de nuestra imaginación
(Cristian Muñoz)


Leí las casi mil páginas de “Blonde”, la versión de Joyce Carol Oates de la vida de Marilyn Monroe. Una novela que no sólo atrapa, si no que sorprende por la profundidad del desnudamiento de la actriz. La huérfana, que de acuerdo a la novela, tuvo que huir de su madre cuando ésta se sumergió definitivamente en la locura, mamá que inauguró esta condición incendiando el departamento en que vivían e intentando sumergir a la pequeña en agua hirviendo. Una huida que culminó llevada al orfanato, para proseguir en una entrega a tutores de antología, rota por una prematura boda a los quince años con el fin de alejarla de la indisimulada mirada lasciva de su tutor.
Marilyn, mujer rota por sus matrimonios, abortos, la superficialidad de sus relaciones sólo interrumpida por quien consideró su gemelo, Cass Chaplin, quien también supo de traicionarla y destrozarla. Marilyn era para Norma Jean uno de sus tantos papeles, a la que tenía que invocar y que durante los últimos años de su vida le resultaba más difícil de hacer aparecer.
Es una historia conmovedora, contada por la protagonista y por múltiples voces, que van mostrando al personaje desde las más diversas ópticas. Sobre todo cuando parece que el personaje ha alcanzado por fin el amor, el refugio para esa bella princesa que soñó ser viendo en el cine diversas películas antes de todos los desastres, pero siempre todo se vuelve a romper para volver a su solitaria e incomprendida existencia.
Marilyn nos parece aquí una mujer frágil, expuesta al deseo de los hombres, sólo desde el cual ella puede sentirse dueña de las situaciones, pero con una escasa capacidad para compartir ese ser que realmente es. De hecho, a sus amores y personas más íntimas le pide que la llamen Norma Jean y desea que se relacionen con ella, no con el personaje que inventó apellidado Monroe. Finalmente esta versión de la vida de Marilyn, que podemos imaginar tartamudeando, se hace cargo de la conspiración y los rumores que durante años han circulado en torno al mito y especialmente a su muerte.
Carol Oates, una de las mejores voces de la narrativa estadounidense actual, en este novela vuelve a mostrar vidas quebradas, donde el encuentro amoroso no logra ser profundo, donde los caminos de la existencia van demasiado lejos del deseo más profundo de los personajes, que no logran encontrar un lugar donde refugiarse y se desdoblan en un personaje público muy distante de la odisea interior que realmente viven.

jueves, septiembre 01, 2005

Lejos del Suelo


Anduve en las nubes. A kilómetros del suelo, de las responsabilidades habituales, las ternuras cotidianas y las molestias nuestras de cada día. Mirando desde otra perspectiva el desierto, los cerros, los valles, las nubes debajo, al lado o al frente.
Me escapé de la realidad, como tantas otras, para refugiarme en un libro y en el paisaje fuera de esa cotidianidad que me arroja a cada rato, que me estruja las neuronas y acelera mis sinapsis para hundirme en la contemplación. Cambiar la perspectiva.
Conozco el mapa y el territorio. También había visto el suelo desde un avión pero a mis treinta y algo, ya con el derecho de ser escuchada con seriedad, cada subida es un hito luego de tantas cicatrices en el alma y en la piel.
Una cura para ese fuego sordo que corre en estas latitudes junto al sudor, de ese estallido en el desierto, de la búsqueda de todas las imágenes posibles en la que algunos nos empecinamos a punta de lápiz, de recortes, de fotografías o de palabras.
Me he subido a un avión, como tantas veces para abandonarme en el paisaje y despertar en otro, para reconocerme en medio de tantos rostros ajenos de la urbe y volverme a encontrar en las planicies y las dunas, y el cielo siempre azul de estos terrenos.

Nieve en el Desierto



Este miércoles fue sorpresivo. Amaneció lloviendo en esta ciudad, que rara vez experimenta este tipo de fenómeno. Más sorprendente aún fue enterarnos ya en la mañana que en los alrededores había nevado.

Pudimos disfrutar del espectáculo de ver las dunas del desierto nevadas, algo pasajero pero de una belleza tan violenta además por su rareza, que sólo quedaba conmoverse y disfrutarlo.

Uno de esos momentos para recordar, después de haberlo disfrutando a concho, como dice un viejo cuento, de esos momentos que realmente constituyen la vida. Mi amiga Claudia, como pueden ver, aprovechó de poner en práctica esa capacidad de disfrutar.