miércoles, febrero 08, 2006

Sobre El Origen del Mundo y El Origen de la Novela



Así como Germán Marín se obsesionó con la tela en Idola, Bernard Teyss-edre transformó su obsesión en una novela titulada “El Origen de la Novela”, que trata nada más y nada menos de la historia que vivió este cuadro para llegar a ser expuesto, tras 129 años sin titulo, conocida sólo por quienes la guardaron muchas veces bajo llaves.
El 26 de junio de 1995 por primera vez este cuadro fue expuesto en el Museo d’ Orsay de París, de acuerdo a un interesante artículo de Octavi Martí, que resume la historia narrada a su vez en la novela.
El cuadro fue pintado por Gustave Courbet (ver post anterior), y adquirido por el embajador turco en París junto a Les Dormeuses, por 25.000 francos, el que esconde en su cuarto de baño, bajo un cortinaje. Luego pasa a manos de Jean Baptiste Faure, barítono de la Ópera de París y nuevamente escondido a los ojos de todos, sólo pueden verlo sus amigos más íntimos. Un marchante fue su posterior dueño, que la exhibe muy recatadamente sólo a clientes exclusivos, hacia 1888. En 1912 recién se vuelve a saber de un dueño de la tela, cuando es comprada por una galería prestigiosa a una señorita Vial.

Pero lo más interesante comienza cuando la tela sale de Francia, en manos de Francois de Hatvany, hacia Budapest. En marzo de 1944 la tela es robada por el ejército nazi de ocupación, y ante los 300.000 dólares en que estaba evaluada la tela, se salva de la hoguera. Luego el Ejército Rojo se apodera junto a su triunfo militar de El Origen del Mundo –bautizada así cuando estaba en manos de Hatvany por el especialista en Courbet Charles Léger- y el coronel a cargo rompe con las normas del realismo socialista permitiendo que el cuadro subsistiera.

En 1955, es obsequiado como muestra de amor a Sylvia Lacan por su marido, pero ante los prejuicios de los más cercanos decide deshacerse de la tela. En tanto, la pintura ya había comenzado a hacerse famosa inspirando libros y reflexiones. El sexólogo Zwang fue el primero en publicar una fotografía, mientras que su ingreso a la academia se produce en 1977, cuando es reproducida por vez primera en un libro de arte.

En 1988 por primera vez el cuadro fue exhibido, en The Brooklyn Museum of Art. Sin embargo, aquí no se acabaron los problemas para la exhibición pública de la tela, ya que en 1994 Jacques Henric publicó la novela “Adorations Perpétuelles”, que llevaba la reproducción de la imagen en la cubierta. El libro fue requisado por la policía francesa.

Recién en 1995 El Origen del Mundo ingresó oficialmente a la colección nacional de Francia, en el Museo d’Orsay, pero sin que el Ministro de Cultura de la época se dejara fotografiar junto a la tela, como es tradicional. Una pintura que a estas alturas continúa siendo provocativa, que se ha salvado de las llamas en varias oportunidades y que inspiró una campaña recientemente en Hungría. La campaña, bastante irreverente, no alcanzó a estar el tiempo programado en circulación, por las sensibilidades que despertó.

En Chile, la discreta reproducción de la tela no fue en la portada de Idola, como podría haber sido, si no en sus primeras hojas, y pasó sin mayores inconvenientes por las librerías. Una tremenda historia, desde las pasiones que provocó en su creación hasta llegar a la exhibición masiva y el reconocimiento de su carácter de obra de arte sólo a finales del siglo XX.

La de arriba es la imagen de Johana Hiffernan y aquí va un link a Sergio del Molino, que en España desarrolló una interesante discusión respecto a este lienzo.

1 comentario:

burtonbk dijo...

Me tinca mucho ídola, a ver si me lo puedes prestar
cariños dear