El Mercurio señala en su edición de hoy viernes que “impresoras echan al agua a sus dueños”. Según el artículo de Alexis Ibarra, se trata de una imagen que se genera en el documento impreso, oculto, que permite bajo un sistema de barras conocer al menos en la Xerox DocuColor, el número de serie de la impresora. De esta manera, es posible para quienes conocen el código secreto, saber exactamente que impresora fue la autora del documento.
El mismo artículo señala que la Revista “PC Magazine” “había informado el año pasado de la existencia de estos puntos y, según un ejecutivo de la Xerox citado por la revista, era un código secreto que contenía información útil para seguir los pasos de los criminales”.
La organización que lucha por la protección de la privacidad de las personas EFE, descifró el código secreto, pero también trabajan en decodificar también este tipo de barra de puntos arrojado por impresoras Hewlett Packards y otras marcas importantes. De esta manera, desde la panóptica, esa especie de ojo que se extiende para vigilar que se cumplan las normas sociales, se extiende más. Si los edificios comenzaron siendo el primer modelo de la panóptica con sus torres de vigilancia ubicado en puestos claves y diseño ad hoc, la tecnología ha seguido poniendo su cuota: cámaras de vigilancia, posibilidades de escucha y grabación, etc.
Cada sociedad tiene legitimado un cierto grado de panóptica, delegado a los custodios de ciertos valores: comerciales, control del delito, de investigación policial, entre otros. Pero también diversos pensadores partícipes de la teoría de la conspiración o críticos hacia la intromisión de un Estado demasiado vigilador, han predicho situaciones como ésta. El caso de las impresoras que cualquiera compra sin saber el dispositivo de vigilancia que posee, parece un ejemplo para quienes han vaticinado o especulado con este tipo de fenómeno: nunca sabemos hasta que punto estamos vigilados.
El mismo artículo señala que la Revista “PC Magazine” “había informado el año pasado de la existencia de estos puntos y, según un ejecutivo de la Xerox citado por la revista, era un código secreto que contenía información útil para seguir los pasos de los criminales”.
La organización que lucha por la protección de la privacidad de las personas EFE, descifró el código secreto, pero también trabajan en decodificar también este tipo de barra de puntos arrojado por impresoras Hewlett Packards y otras marcas importantes. De esta manera, desde la panóptica, esa especie de ojo que se extiende para vigilar que se cumplan las normas sociales, se extiende más. Si los edificios comenzaron siendo el primer modelo de la panóptica con sus torres de vigilancia ubicado en puestos claves y diseño ad hoc, la tecnología ha seguido poniendo su cuota: cámaras de vigilancia, posibilidades de escucha y grabación, etc.
Cada sociedad tiene legitimado un cierto grado de panóptica, delegado a los custodios de ciertos valores: comerciales, control del delito, de investigación policial, entre otros. Pero también diversos pensadores partícipes de la teoría de la conspiración o críticos hacia la intromisión de un Estado demasiado vigilador, han predicho situaciones como ésta. El caso de las impresoras que cualquiera compra sin saber el dispositivo de vigilancia que posee, parece un ejemplo para quienes han vaticinado o especulado con este tipo de fenómeno: nunca sabemos hasta que punto estamos vigilados.
1 comentario:
Llegará un momento en que mientras tu cagas tranquilamente en tu baño, el WC hará un examen de tu mierda, enviará una copia a tu médico y a las compañías de seguro para determinar enfermedades pre-existentes, enviará copia a tu nutricionista para cambiar tu dieta, enviará un informe a la policía para determinar si eres consumidora de estupefacientes, y enviará copia al registro civil para informar que sigues vivas. Se llamará, el examen de mierda.
Daniel Alberto Silanes Puentes, dejando un mensaje aquí, mientras es rastreado por cientos de miles de cookies y trackings cookies que conspiran contra él.
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