miércoles, septiembre 21, 2005

Nazis en Copiapó


He visto en los medios de comunicación regionales – aunque también vi una nota anoche en 24 horas central de TVN- como con cierta preocupación y hasta sorpresa cubrieron una marcha que realizaron diversos sectores en contra de las acciones que grupos neonazis están realizando en Copiapó. La marcha respondió a lo que los manifestantes han catalogado como ataques continuos de integrantes de estos grupos a jóvenes y travestis que se encuentran en las calles durante la noche, especialmente punks, lanas y algunos marcadamente de izquierda.
La verdad es que esta no es la primera marcha de este tipo, el año 2003 hubo una, convocada por una agrupación anti nazis. Si desempolvaran de los archivos algunas notas de ese año, se encontrarían con varias sorpresas e incluso un tiempo antes, con la publicación de noticias sobre travestis golpeados. Recuerdo que uno de ellos – que terminó en el hospital regional producto de la golpiza- señaló que sus victimarios eran neonazis.
En esa época trabajaba en el Diario Atacama y comencé a inquietarme por el tema. A ciencia cierta, sólo he podido reunir algunos antecedentes vagos. Uno de ellos fue la visita de uno de los líderes del partido neonazi, quien fue a solicitar una entrevista en nuestro medio de comunicación, acompañado del dirigente local. En ese entonces el dirigente nacional usaba el pelo casi rapado, muy corto, mientras me llamó la atención el largo pelo del dirigente local, que lo acercaba más a la estética de un trash que a la de un seguidor de este tipo de secta.
Los nazis querían hablar de su irrupción en la arena política, en esto de darse a conocer, ser identificados y de las ideas que los estaban animando. Como periodista pensaba en si debía darle cobertura a un heredero del pensamiento nazi, con lo peligroso que podían ser, si eso era bueno para la sociedad. Pero mi fe en el periodismo, en la libertad de las personas para informarse y conocer lo que estaba pasando y la importancia del registro, fue mayor que mis dudas respecto a si era preferible no darles el espacio y de esa manera no ayudarlos a visibilizarse. Así que hicimos la entrevista, revisamos temas prácticos, como la constitución del partido en Copiapó, donde según me dijo el dirigente nazi se trataba de la ciudad de donde habían recibido más contactos –realizados a través de internet- y que pensaban que sería la segunda ciudad de Chile con mayor número de adeptos. Eso me preocupó.
Revisamos también otros temas, como el holocausto, lo que hoy piensan de Hitler, de la arena política, de la violencia, los pobres y los pueblos originarios. La verdad es que todo fue políticamente correcto, y había que escarbar con mucho cuidado para encontrar las contradicciones, así como si consideraban que Hitler fue un asesino por qué lo admiraban y rescataban su pensamiento.
Más allá de ese episodio, me preocupó como el líder local terminó cambiando su pelo largo por la cabeza rapada, como se multiplicaron algunas banderas bordadas en chaquetas, y la aparición de nuevos grupos con bototos, cabezas rapadas, que circulan de día por lugares como la galería ubicada frente al Liceo Comercial. Una noche de sábado pasé por el Paseo de la Cultura, donde había una tocata de rastas –considerados como escorias también por los nazis- , se escuchaba el reggae y varios de ellos con sus pelos con drewlove, gorras de lanas con colores estaban adentro, mientras afuera los esperaban un grupo de neonazis con cadenas. Esa noche, hasta donde sé, no pasó nada.
Hay una serie de jóvenes que se juntan en las noches, y tienen sus círculos: góticos –suelo envidiar esa estética de las mujeres que les permite usar tules negros, plush y otros que me habría encantado lucir de joven- punks, rastas, entre varios más que desarrollan su música, leen “Las Flores del Mal”, y que saben de la existencia de estos otros que los amenazan. Pero parece que el mundo adulto está tan ajeno a lo que están viviendo en las calles, en sus diversos establecimientos educacionales, en sus mundos, que hoy los sorprende una marcha de esta naturaleza, sobre todo si pensamos que el tema tomó mayor visibilidad después de un reportaje de Informe Especial sobre los neonazis en Chile y el asesinato que cometieron de un adolescente.
Me parece que hay que poner más olfato a lo que sucede por ahí, a quienes simplemente viven sin tener ninguna idea de cómo organizar una conferencia de prensa o un evento para llamar la atención de los medios de comunicación.
Yo, al menos, he quedado sorprendida con el grado de preparación de algunos de estos nazis, al menos de aquellos que se pueden leer en su página web institucional, sobre todo como están reciclando las nuevas ideas. Por ejemplo, confesándome una seguidora del pensamiento de Humberto Maturana leí con horror como utilizaban parte de su teoría para justificar sus doctrinas. Movimientos que es necesario mirar, ya que si no sabemos donde empiezan, menos podremos saber donde terminarán.
Sobre todo en un país donde el resentimiento puede ser un caldo de cultivo propicio para este tipo de ideología, basta sólo con mirar las cifras de distribución de la riqueza, las inequidades del sistema educacional, la difícil tarea de abrirse oportunidades en un país donde los apellidos y las relaciones suelen pesar más que los méritos y donde la política masiva con su profesionalización, su dependencia del mass media, le han quitado parte de esa función de movilidad social que cumplió durante el siglo XX y que es tan necesaria para nuestro país.
El sistema es violento con los jóvenes y a veces es muy duro para ellos darse cuenta del mundo en el que viven. Una violencia que se puede devolver en grupos que los hacen sentirse especiales, elegidos, con una clara misión y que los integran en una sociedad donde no es fácil sentirse parte de algo. Los medios de comunicación, en este sentido, no deben ser meros registradores de sólo los que son capaces de hacerse notar y mirar más allá, buscar en otros lugares que le permitan dar cuenta real de lo que ocurre en los diversos sectores de nuestra sociedad.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Vi tu comentario en planetablogs.org, me llamó la atención desde el primer momento. No eres la única persona que se inquieta con estas noticias, a mi me preocupa desde hace mucho. Escucho la palabra NAZI y mi estado emosional cambia.

Lamentablemente debemos asumir que este país tiene mala memoria noticiosa. A veces grandes golpes periodísticos simplemenhte vienen a mostrar como gran noticia, algo que viene ocurriendo desde hace años. O bien, recién vienen a poner en el tapete cosas cuando ya es demasiado tarde, cuando el mal ya está extendido.

El problema social radica en ¿qué podemos hacer?, ¿y hasta dode será efectivo lo que se hace?.

Estas corrientes de orden sectario que se autolegitiman inventando el cumplimiento de un pesudo-bien comunitario miediante "limpieza" del tipo que sea, es preocupante. Lamentablemente no sólo Copiapó sufre este mal, sino que muchas otras partes. El mayor problema es que se les ve como "casos aislados" y no sé hasta qué punto estén tan aislados.

Daniel Alberto Silanes Puentes,

Anónimo dijo...

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