domingo, abril 30, 2006

Tiembla a cada rato en Copiapó

Este es un post muy movido. Lo estoy escribiendo muy rápido, irá sin imagen por lo mismo. Espero terminarlo antes que venga un nuevo temblor fuerte, como si viviéramos las réplicas de un terremoto que aún no ha sido y ese fantasma o la huella de esa posible presencia es la que tiene a todo el mundo con los pelos de punta.
Yo he tenido que venir a un ciber, al más cercano que encontré, dejando muy a mi pesar a mi familia por unos minutos, para hacer la declaración de renta que para variar dejé para el último día. Y entre temblor y temblor la hice, hubo dos, mientras los restantes internautas salían y la página de sii se mantenía indiferente a lo que pasara por un territorio tan real como éste. Con tanta gente asustada.
Ahora me iré a la casa, pero puedo contarles que mis vecinos, al menos, tratan de hacer varias normalmente. Claro, hay que contarles que han habido como doce temblores ya -según mi precaria cuenta- desde las 6:30 de la mañana. Escribo a las 19:15. Ya nadie va a comprar al negocio más cercano solo, a los niños se les suspendieron los habituales permisos para salir a jugar a casa de uno y otro, ya que como hasta las cinco y media de la tarde nadie quería tomar demasiado en serio todo esto de los temblores.
La Oremi ya declaró la alerta, y están trabajando en la intendencia, que no me tinca que sea un edificio muy seguro. Dicen que los terremotos son imposibles de predecir, pero al menos si viene algo grande, por estos lados ya todos estaban sicológicamente preparados. Sin mucho más que contar y apurándome para no aumentar la ansiedad en mi familia, los dejo.

miércoles, abril 26, 2006

Cicatrices que se abren


Mi blog ha estado más bien botado durante varios días, que se han transformado en semanas y ahora en algo más de un mes. El trabajo ha sido en gran parte el culpable, que me tiene sin vida personal o con un espacio mínimo para desarrollar o pensar en algo distinto. Valgan estas palabras como excusa y espero volver a estar como siempre en la blogósfera.
Por estos días me horrorizo como muchos otros y otras con las informaciones que aparecen y dan cuenta que los restos entregados a los familiares de detenidos desaparecidos no correspondían a sus seres queridos. Abrir de nuevo la herida de quienes tanto han sufrido tratando de encontrar a los suyos, me parece algo demasiado horroroso. Es gente que ha sufrido mucho con la negación de lo que les sucedía, con su búsqueda constante en principio con la recóndita esperanza de encontrarlos con vida para luego conformarse con sólo tener la certeza de que ahí estaba su cuerpo y que podían descansar al cumplir con el necesario rito de despedir un cuerpo y comenzar así a cerrar el duelo. Pasa por un dolor demasiado íntimo y profundo de los familiares de detenidos desaparecidos y del resto del país, de seres que como yo sentimos las cicatrices que se abren.
Me pregunto qué habrá pasado por la cabeza de las autoridades que tuvieron el informe en las manos y optaron por callar, por dejar las cosas como estaban y seguir adelante sin investigar. Pienso en cómo pueden hoy mirar al país y sentir que estuvieron en lo correcto, o que era lo que había que hacer, invocando un bien superior o qué sé yo. Todo esto me asombra.
En medio de las elecciones de la DC, tal vez algunos ven el provecho político que pueden sacar de responsabilizar de todo esto a Soledad Alvear, candidata a la presidencia de dicho partido, pero esa es una visión mezquina, algo secundario ante los graves hechos que sólo nos pueden llevar a pedir que se investigue a fondo, que lo más rápido posible puedan identificar los restos y así terminar con este episodio que una vez más nos recuerda el horror que ha vivido nuestro país durante tantos años.

lunes, abril 17, 2006

Citas


"El verdadero héroe de algunas obras literarias es el lector que las aguanta"

Sergio Golworz

sábado, abril 08, 2006

Gatti en Copiapó



Hacía días que trataba de convencer a Cristian y a Mirtha que dejaran el viernes el taller -donde están creando juntos un par de obras-, y fuéramos a ver a Eduardo Gatti. Mi poder de convencimiento francamente había sido cero, pero el mismo viernes, después de la despedida de Eduardo de su cargo como encargado de cultura y cuando ya me había dado por vencida, salió la tímida propuesta de gastar los en total $18.000 pesos (a $6000 cada entrada), para entrar al Arte Pub a ver y escuchar al autor de Los Momentos.
Cerca de las once de la noche llegué, Cristian me esperaba. Como fuimos los últimos en comprar las entradas no nos quedó más que compartir la mesa con un tipo que había quedado solo después que su amigo se incomodó con el ambiente, así que procedió a acompañarse con toda la botella de vino. Hablaba mucho, la soledad le movía la lengua para vomitar historias tristes, que no nos logran atrapar en su sentimentalismo de borracho, en su monólogo sobre él, mientras las horas pasaban con un par de artistas teloneando hasta después de las doce y doce media o una o una y media, no sé, mientras el trago que habíamos pedido jamás llegaba y Gatti tampoco, hasta que por fin empezó, y entonces la música me emocionó y la gente cantaba los temas más populares y él se reía satisfecho de tener un público y de alguna manera sentirse vigente.
Encontré corta la actuación, pero su forma de contarnos varias de las historias de las canciones nos hizo sentirlo muy cerca. Los Momentos, por ejemplo, nació cuando estaba en un país nórdico, luego que se embarcara y se desembarca pensando que el poncho que llevaba le bastaría para el frío con el magro resultado de una neumonía. En la convalecencia, cuando descubría que deseaba volver a Chile, nació Los Momentos, como otro viaje que lo inspiró en su retorno. Pasaron varios meses para que entrara a Los Blops y luego ellos grabaran el tema que entonces terminaba abruptamente.
Mientras contaba todo esto, me preguntaba que sentiría Gatti, sabiéndose parte de la historia nacional de la música, que ya su obra trascendió estando él vivo. Minutos más tarde, en la barra, tuve la posibilidad de preguntárselo. Respondió que le ha permitido vivir de la música, que añoraba la tele de antaño, más respetuosa de la música y los artistas, y que cuando la escribió jamás pensó que se transformaría en un clásico. Hablamos de otras tantas canciones, mientras rechazó varias invitaciones hasta que se fue a posar para una foto con el personal del pub y luego a su hotel.
Seguimos en la barra un buen rato, conversando con un fotógrafo que resultó ser un vecino, yo pensando en la música de este cantautor, en como logró emocionar a tanta gente con su guitarra, su voz y especialmente sus letras. Buscando una foto para ilustrar esta tardía nota sobre la actuación de Gatti, encontré su web institucional, bastante más suelto que los tradicionales.

martes, abril 04, 2006

Colegio de Periodistas sanciona a quienes publicaron lo que la dictadura quiso


Un importante fallo ha llamado mi atención, una vez más me enteré gracias a periodismo global (que quedó por lo demás entre los finalistas en el concurso Atina Blogs Awards). El Colegio de Periodistas -consejo metropolitano-, a través de su Tribunal de Etica, ha condenado a los editores y a una periodista que en su minuto publicaron que detenidos desaparecidos se habían matado entre sí como un ajuste de cuentas en el extranjero, denominado Operación Colombo.
El fallo es drástico, y alude al incumplimiento de la carta de ética del gremio vigente en la época que dice “el periodista no deberá aceptar presiones de sus empleadores para que falte a la verdad”, “son faltas extremas a la ética profesional la participación en la violación de los derechos humanos y la desinformación premeditada” y “los ataques injustificados a la dignidad, honor o prestigio de las personas, instituciones o grupos”.
Técnicamente, el fallo alude a la contrastación de las fuentes, “no cumplieron con su obligación de confrontar los hechos base de la noticia con otra fuente que no fuera la oficial, con lo cual fallaron en entregar la verdad que la ciudadanía tenía el derecho a recibir”. Esto, porque claramente hubo fuentes en ese entonces de gobierno que les entregaron la información. El fallo va más allá y también alude a las responsabilidades del Colegio de Periodistas en esa época, dejándolo en pocas palabras, bastante desacreditado.
El texto original apareció en La Nación
Un fallo a tres décadas después, que de alguna manera también nos habla hacia el hoy. No es fácil entender como alguien puede poner algo tan despreciativo de la vida humana en un titular como ese del "exterminados como ratas", que da cuenta del ambiente que hacía posibles las matanzas de esa forma. Habían enemigos, que no eran considerados seres humanos y eso también se dejaba ver en los medios de comunicación. Ahora, el fallo nos habla de los trabajos mínimos que un periodista debe hacer y que un editor debe cautelar, para entregar informaciones que no sean parte de un montaje o tan sólo una construcción irreal, y que hoy también, -en tiempos de paz y de más respeto entre las personas- es bueno hacer, para cumplir con la misión de un periodista interesado en algo más que cobrar su sueldo a fin de mes.

lunes, abril 03, 2006

Quién fuera

Estoy buscando una palabra
en el umbral de tu misterio.

Estoy buscando una escafandra,
al pie del mar de los delirios.

(Silvio Rodríguez)