martes, octubre 17, 2006

Borges revela algunas claves de su estilo:


“El tiempo me ha enseñado algunas astucias: eludir los sinónimos, que tienen la desventaja de sugerir diferencias imaginarias; eludir hispanismos, argentinismos, arcaísmos y neologismos; preferir las palabras habituales a las palabras asombrosas, intercalar en un relato rasgos circunstanciales, exigidos ahora por el lector, simular pequeñas incertidumbres, ya que si la realidad es precisa la memoria no lo es; narrar los hechos (esto lo aprendí de Kipling y en las sagas de Islandia) como si no los entendiera del todo”

De “Borges en Revista Multicolor” (obras, reseñas y traducciones inéditas en Diario Crítica: Revista Multicolor de los sábados, l933-l934)

4 comentarios:

Gonzalo Villar Bordones dijo...

imagino tus días en Copiapó, las mañanas laboriosas, los almuerzos rápidos pero relajados; las tardes breves; los niños; una casa con patio; sus maldades; las amigas, los tequila margaritas; la playa de vez en cuando; la lectura de los días sábados y domingos.

aguirrebello dijo...

Y por eso Borges es asombroso y no habitual.

Una lección del buen escribir de Borges.

Abrazo,

AAB

Sergio Arroyo dijo...

Toda el arte poética de Borges está regado en sus textos... sobre todo en uno que se llama, justamente, Arte poética que apareció hace un par de años, son unas conferencias dictadas en inglés y traducidas al español con muy buen suceso. Saludos desde mi charco australiano.

Federico Carlos Volio dijo...

ARTICULO PUBLICADO EL 3 DE NOVIEMBRE EN EL DIARIO ATACAMA.

Por las palabras de sus mentiras, se pudren

Por Federico Volio

Si la necedad toma a la cabeza del gobierno o la cabeza del gobierno, es manejada por la necedad. La convicción es destrucción.

Simplemente, la necedad convertida en convicción, es la contumaz acción del aparato estatal, en el convencer y convencer con esas "mentiras gubernamentales".

Sin embargo, tarde o temprano emergen a la luz pública unos hechos que, por tan evidentes frente a las mentiras con que pretendieron esconderlos, refutan.

La liberación del pueblo, de la esclavitud de la "tiranía de la mentira", es el cumplimiento indefectible, del destino implacable de la verdad, sobre toda mentira.

Las candidaturas sin verdaderas-ideas, devienen en insalvablemente mentirosas, a falta de esas originales y brillantes ideas. Así soportan cualquier mala copia de las ideas ajenas con tal de salir del o al paso.

Si, capturan muchísimos votos, pero producto de la arenga dentro del "circuito de la típica venta de pomadas". Una retroalimentadora operación para reelecciones, con las mismas auto-promesas de las anteriores elecciones. Y que, una vez en el poder, no cumplieron. Equilibrando mañosas alianzas u oportunistas concertaciones entre polos ideológicos opuestos. Asaltan el poder a fuerza de una batería de mentiras, obviamente inconsecuentes pues se enmarcan en la lógica del poder por el poder. No para servir leal y realmente al pueblo. Y mucho menos, de modo eficaz. Funcionan a puro piloto automático, de un constante progreso que, aunque cae de maduras, aún así, lo estancan.

Será el tiempo, quien les descubre en su transitar, y les atrapa con sus farsas. Cuando los sorprende con unos nuevos acontecimientos políticos, económicos o sociales, ante los cuales quedan mudos en su capacidad de reacción -por no decir espantados- corriendo a las manos de la oposición política, con la treta de vociferar unos "acuerdos de bien nacional", y nuevamente, a éstos ilusos, se les usa como "repuestos desechables".

De esas soluciones-parche, los ahora, amorosamente "adversarios", son el pegamento o "goma" pues, el éxito de la concertación lo es, por gobernar "amarrada" a la matriz del ideario del libre-mercadismo que, en Chile inventó la "dictadura" (Mágica palabra para los dividendos electorales)

Estos adversarios, son "invitados" a enmendar las malas copias del gobierno, de sus originales repudiados por la demagogia de los "concertacionistas-electoreros". Es un descaro, pero también, un mínimo de su natural "viveza" para gobernar con acierto, a la globalización.

Los productos-estrella de la concertación, son elaborados por una "metamorfosis cínica", de las directrices de la "derecha". Llamémosles: El "enchulamiento concertacionista". Ese mismo de de los "dineros-concertados" y del estribillo "Yo no fui".

Corolario: Mirándose al espejo: Por los actos de su mediocridad, se reconocen.

Nota: Este comentario no pretende pellizcarle una uva al parrón del Estado de Chile.

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