Ayer, casualmente, me encontré con "Cuando Harry conoció a Sally" y la volví a ver. La disfruté mucho más que la primera vez, con la distancia de los años que al menos a mí me han enseñado a apreciar más aquellas cosas que nos hablan sin tantas pretenciones del género humano, de nuestros defectos, la lucha contra la soledad y la búsqueda tan compleja del amor, cuando es tan difícil estar solos y tanto o más acompañados.
Actualmente puedo apreciar una comedia romántica, cosa que en el año que la vi (1989) sólo me parecía un placer culpable, ya que estaba interesada en indagar en los grandes discursos, los grandes temas, el cine con mayúscula -la experimentación, los independientes, los clásicos la respuesta a qué es un buen cine ¿pero qué es eso?-, además, a esas alturas no tenía la experiencia para reirme de tan buena gana con la escena donde Meg Ryan finge un orgasmo.
Tal vez este filme se conserve en la mentes de muchos y así pase a la historia, por esta escena que a más de un macho habrá dejado con alguna duda respecto al orgullo de siempre llevar al orgasmo a sus parejas, que como a Harry (Billy Cristal) se le desmoronó ante la actuación. Ah! y no está de más recordar el remate de la escena, donde la señora de edad más avanzada le pide al mesero que le sirva lo mismo que a Sally.
Estuve cachureando por ahí y me encontré la escena en cuestión:
Debo decir que la película me gusta completa, por la historia, que me resulta muy cercana, por la forma en que está contada como también por los diálogos que le valieron a la guionista Nora Ephron su postulación a un Oscar.
4 comentarios:
te has convertido en una de mis periodistas favoritas.
Sabes que parece que nunca he visto esta peli completa. O no me acuerdo de la parte final... como me pasa seguido en todo caso con hartas pelis.
Pero sí me acuerdo que su historia es simple. Y también que en algún momento la desprecié por eso. Hasta que uno le da otra vuelta y se da cuenta que las cosas más hermosas de la vida se construyen así. De la manera más simple posible...
salu2
Shidi !
Hey, gracias por tus palabras...Las mujeres deberíamos estar agradecidas por ese instante en el restaurante en que Meg Ryan finge un orgasmo... creo que en ese momento muchos egos masculinos se vinieron abajo y se empezaron a preocupar un poco más por saber cuando y cuábto fingiamos.
Jessica:
Casualmente estuve navegando tu blog y te cuento que en el mío tomamos como ejemplo esta película para volver sobre el antiguo tema de la amistad entre el hombre y la mujer. Me gustaría tu opinión en http://atencionviandante.blogspot.com
Saludos
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